He encontrado otro lenguaje.
De izquierda.
He pensado últimamente
porqué dejé de usar la palabra playa.
En algún momento
espeté sin angustia
de una forma espontánea: "me iré al mar"
Y quedé enamorado,
de manera unánime, de
tan poetica expresión.
Y es el caso
que ahora lo pienso
y reconozco que mi lugar
no es ir a donde están las gentes,
donde se amuñuñan los toldos
y te venden vuelvealavida.
Yo voy a contemplar el mar.
Pero allá, donde no se ve desde aquí.
Lo contemplo allá donde, por mucho que me esfuerce,
jamás llegaré con tal o cual peor pedrada desde la orilla.
Allá donde se mueven las sombras
y se contonean algunas bestias tuertas esperando su próxima victima.
Allá donde le admiro y le tengo respeto porque par de veces en él me sentí a la deriva y tuve miedo.
Miedo porque, en su grandeza,
te golpea y te grita desde lo más profundo que ahí no es tu lugar.
Que todo es cuestión de tiempo.
De angustia.
De cansancio.
De soltar.
Como se suelta cuando se le rompe la cuerda el papagayo.
jueves, 23 de diciembre de 2021
MAR
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