En esta grieta,
que es herida,
nacerá un árbol.
Florecerá cada mes de Abril
como anunciando la llegada de los pájaros.
De sus cardumenes,
sus colores y sus cantos.
En sus vuelos
encontraré la clave para apaciguar la tempestad.
Desde los retazos
zurciré el manto
que cada noche me protegerá del frío.
Todos mis sueños los pondré bajo su cobijo.
Solemne,
soplaré el rastro del fuego
que le quede a mis velas
para protegerme de la oscuridad,
para recibirla.
Porque
luego de soñarne libre abriré los ojos
esperando siempre que ya no esté.
Porque
las más altas mareas bajan
y devuelven a cada uno a su orilla.
Se prepararán los cayucos
para alistar las lanchas
que incansables volverán al mar.
Volverán al mar.
Y lloverá.
Llegará la lluvia,
revivirán las hojas,
las flores y sus colores.
Todo aquello seco
arrasado al fuego
reverdecerá.
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