Transgresión

 Te lo digo hoy

para que no me olvides
sin haberlo escuchado.

Para que cuando esos parapetos,
que secuestrarán tu memoria,
te alcancen
puedas tener a medias
una imagen de lo que te quiero cantar.
Cuerpos fugaces socorrerán tu mente
y, entonces, saber que tararearas estas notas
(sin saber por qué)
va a acercarme más a vos.


Tengo que decirlo
porque un día tal vez no volverás a casa
y en tu camino podrás pensar
la magia y las piruetas
que te quiero decir, Morena.
La distancia es como un animal
agazapado y al acecho
esperando para atacar.
Muta.
Se embrecha.
Palpita.
Percute los pechos de las gentes oxidadas.

Tienes que saberlo
porque odiaría
que en la línea perfecta de tu sonrisa
se describa mi secreto
como una curva
como una mueca
de algo que nunca supiste 

y que jamás te dejó volar.

Quiero que vueles.

Quiero que las flores que adornan tu pecho
se agiten alebrestadas por el viento
que cortás con tus alas.
Que la brisa despeine tu cabello
al voltear y mirar tanto que ha quedado atrás,

que en tu trayecto entiendas, 

como yo,

que a costa de todo vas surcando el azul por igual.

Que no has dejado de suceder.

Verte pasar entre las nubes,
quiero.

Por eso es necesario
que lo sepas hoy.
No porque quiera sacarlo de mi
más bien porque mereces saberlo.
Hay un cardumen de estrellas
esperando estas, mis palabras,
para caer en forma de lluvia sobre vos.
Tienes que verlo.

Sonriendo indómita 

entre versos que titilan a tu alrededor.

Una aurora boreal de palabras 

dibujadas en tu pelo.

Tus labios repitiendo,

como para memorizar,

una y otra vez.

Quiero mostrarte que sangro también,
como vos,
que el cielo ya no tiene propiedad sobre si mismo,
se la has robado. Es tuyo.
Porque he sido testigo
como cada planeta del universo
danza a tu alrededor
sin vos saberlo.

Cada satélite. 

Cada torbellino.

Cada pájaro. 

Quiero regalarte esto,
abrir tu pecho con un suspiro que te socorra
si llegases a recordarlo.
Sonrojarte en medio de la nada
con un consuelo oculto en unas palabras.
Serte el puente que haga que vuelvas
sin nisiquiera mover un dedo
donde quiera que estés,
transgredir espacio/tiempo solo para vos.

Un día, tal vez.