lunes, 3 de mayo de 2021

Tu jardín.

"estés donde estés crecerán..."
Caloncho - Sensei

En todos los lugares donde no estás,
ahí, donde te busco,
siempre con la mirada lista para sonreír.

En la tarde
en los colores que se lleva consigo, 
que nos roba.
En cada rodaja de cebolla perfectamente picada
(porque siento una alegría insoportable por hacerlo como vos y un vacío tan inmenso de no poder llevarte un poquito de guiso para contentarte, estás muy lejos)
en el sonido de un vals,
en el olor de la yerbabuena que adorna la ventana,
en los aviones,
en las tortas de auyama,
en la bota rota de mis pantalones,
en mis cierres estropeados,
en los abrazos que son para vos,
en las despedidas,
en la jarra de agüita de mango licuado.

En la distancia.

En el nombre de los países que nos separan,
en la ruta de los vuelos,
en las vueltas que daría un caucho que me llevaría tan cerca que pudiese besarte,
en todo lo que puedo estirar los brazos que no te alcanzan.

En el tiempo.

En los minutos que empleo para ordenar las cosas,
para sacudir el polvo de los rincones
y echarle agua a las matas.
En el punto del arroz.
En el lapso que ha transcurrido desde la última vez que me senté en tu mesa.

En todos esas cosas que no te son
porque eres tan hermosa que gustosamente las entenderías.
Porque eres puerta pero también eres ventana,
me resguardas y me permites respirar aire fresco desde que te conocí.

Cuando siembras un árbol todos los demás árboles son tuyos,
cuando ayudas a un naufrago de la calle todos los demás perros y gatos y pájaros son también de vos,
cuando tienes un hijo todos los hijos del mundo son tuyos,
pero algo muy distinto ocurre con tu amor,
con tus ojos,
tus mejillas,
tus manos,
los sonidos de tus palabras cuando anuncias la sopa.




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