Junio
aparece como el eco
de las hojas que caen del árbol.
Me hace pintar en los
papagayos tu nombre
con el color de los
azulejos.
Junio nace en el ruido
de la brisa
alebrestando los apamates
en el viento que tiñe
mi barba en su sonido
porque me recuerda
que el tiempo pasa
y que la lluvia termina,
me mancha y me tuesta la piel.
Junio vino hasta aquí
para traerme.
Peinó
al gamelote
en mi nombre.
me meció en columpios,
me mostró la arena y el mar,
me regaló aguas cristalinas
y toda la sal que cabe en el oceano,
en tus heridas,
en tus lagrimas
(que me pertenecen).
Tambien sé que un día de estos,
Junio,
vendrá por mí.
Junio es una canción
que escribo
con sueños,
es una canción para los dos.
Junio me conjuró en
tu nombre
y me regalo la playa,
me recuerda que aunque
el tiempo es algo que no se rompe
siempre puedo regresar
al mar,
siempre me estará esperando.
Junio se esconde en mis párpados
en las cicatrices de mis manos,
viaja en las estrellas fugaces
que habitan mi barba,
dibuja al sol,
le reza a la luna.
Junio me enseñó
que cada cosa sucedida
la merezco.
Quién soy yo
para elegir aquello que sucede?
Solo puedo elegir dónde estar,
cuándo hacerlo.
Fue en Junio
cuando me fuí...
Sin saber que iba hacia vos
pero me perdí
así que Junio me regresó
hasta mi,
volví.
(Pero ya no quiero otro norte,
nací para verte sonreír)
Cuando estoy en Junio
la noche se llena de estrellas
cuando pienso en vos.
Junio florece en cada cana,
brilla en el tono de tu canción,
vuela,
cae,
vuelvo a lanzarlo
aunque este arrugado.
Junio
me ha enseñado
la ilusión.
Junio es un papel con dobleces
lleno de colores
que surca las nubes,
con dibujos
que anuncian al mes de Abril.
Junio
va y viene
es un balón
yo tan solo el niño que apresurado
corre a buscarlo
porque quiero seguir
jugando
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