Apamates

Tomé mi conocimiento empírico acerca de las cosas que me rodean y me dispuse a hacer crecer el pasto aquí en casa.

He regado todos los días bien de mañana procurando que a la llegada del Sol toda tierra esté hidratada y he pasado el rastrillo como peinando la hierba mostrándole el camino y mis ganas de ver qué sucede.

Hoy corté la altura del pasto que ha crecido. Poco mas de 10cms. Es importante podarlo, en algún momento de mi vida alguien me lo ha confesado, seguro.

Hacía mucho Sol ya y con la tierra aun húmeda el olor del pasto recién cortado me invadió y por un momento cerré los ojos...

Volví a tener 12 años, estaba de repente encaramado en la pumarrosa, enorme, tratando de bajar peritas. Oí cantar a las paraulatas y me manché las manos con el color de las flores de los apamates, me embarré los zapatos. Por un momento volví al Liceo Las Mercedes, sentí  las ganas insoportables de pedirle el empate a Lolimar y me invadió un ansía enorme por el olor de los canales. Vi los mangles, volví al lugar donde he sido más libre en toda mi vida. Vi a Hermes a Joseito a Zulay a Yolanda Ramos (que me prometía mi inteligencia una y otra vez), me pregunté dónde andaría Miguel Castro pa darnos esos buenos empujones que nos debemos en nombre del amor. Fui a la Halley, me senté en el río tras la Iglesia. Pesqué en los charcos de las cunetas. Le tiré piedritas a las perezas, olí mis matas de tomate, vi a Yerhika, volví a las guerras de minitecas para los fondos de la graduación. Se puso de moda Lobo Hombre en París y me puse mis Pony que compré arreglando cortagramas, me caí de la moto por quincuagésima vez. Vi a Suraye. Vi como se alejaba el puente de la entrada a Rio Chico... Así como cuando me iba a mi hogar. Llovió para mi de repente mientras veía alejarse los sembradíos de lechoza en la distancia. Los perros de Pacho ladraban porque Cheo llevaba un escandalo en su carretilla.

Creo que cuando abrí los ojos el pasto no había crecido un poco más pero yo me sentía más feliz al menos. Tantito más.