jueves, 1 de agosto de 2019

Colilla

Escuchá esa canción, Negro.

Nos hacía sonreir.

Cuántas copas más.
Cuántos pedazos de vidrios y de corazón has barrido,
es que todo se rompe si sonreís emocionado.
Cuántas colillas y cuántas promesas,
es que siempre todo termina así... Consumido.

Recordás?
Le dijiste que la amabas.
Decir te amo no es sino la insinuación rimbombante de algo invisible,
algo que tocas con los dedos pero que no está sino que rosa suavemente cada una de esas palabras que se lleva la noche... Pero que se clava en la memoria como una puñalada, puñalada que abre la piel que la escucha.

Sonreí.

Ya llega la noche y con ella el apuro de las voces pidiendo una más.
Otra canción, otra cerveza, otra herida para sanar... Otra estrella para mirar, una foto para recordar.

Soltá a Sabina, soltá a la Luna.

Vení.

Descansá.

Ya va a salir el sol.