jueves, 16 de mayo de 2019

La balada de Finn


Will happen, 
happening 
happened? 
And we will happen again 
and again...
Princesa, dónde estás?
mirá la noche,
mirá la Luna...

Con pecas en su blancor,
una llovizna me humedece las mejillas,
hay un frío incesante que me cobija
y me hace guardar mi espada.
Te escribo esto desde mi trinchera,
oculto.

Recordás, Princesa?
Las noches jugando a ocultarnos de la gente,
los días que corrimos tan lejos como podíamos.
Susurrando,
contándonos al oído cuentos de batallas y victorias
en voz tan bajita que era como una caricia,
en una voz tan bajita que te prometió una canción.

Veo una luz, Princesa,
a mi memoria la habita
lo luminoso de aquellos viajes,
lo fugaz de nuestras huídas sin Sol...

Siempre de noche,
en la oscuridad brillabamos más.
La oscuridad nos vestía con su manto eterno
lleno de estrellas que dormían en tu piel.
Brillabas, Reina.
Brillaba, corazón.

Recuerdo el último viaje sin ti,
fue el primero conmigo.
Empuñé mi espada
con la mano izquierda
y partí a conquistar el mundo.
Volver se convirtió en promesa
y se fulminó con el golpe torpe de mi zurda.
Se marchitó, como yo.
Me acompañaba un perro desnudo,
ladraba,
se agitaba y gimoteaba nuestro regreso.
Pero dejó de seguirme, le olvidé también...
Y desapareció la magia que sostenía en mí.

No podía escuchar.
Las batallas ensordecen, Brillo mio.
Las batallas hieren y ciegan,
dejan de uno lo peor.
Se alebresta el corazón
y comienza a temblar el pulso.
Se caen las hojas,
se pierde uno en el montón.

Así que volví, Estrella.
Con una herida en el pecho que anuncia que aun estoy vivo,
con la voz clarita en la garganta
para que oigas mi canción.
Come along with me...

Volví, pero dónde estás, Mi Luz.

Cuál  hechizo te hizo Luna.
Cuál? No lo puedo quebrantar.
Porque brillás y la noche se hace eterna,
me pierde;
porque satélite bailás un conjuro
que no te permite regresar.

Dormiré,
por si no vuelves, cobijado con hojas de olivo.
Te cantaré, cada madrugada...
Por si te pierdes y decides regresar.

A mi castillo de madera,
a mis años,
a mi viaje de retorno con luces y estrellas,
a mi reino,
tal vez al mar.










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