Te nombraré Recuerdo...
Y, en mi jardín,
reverdecerás una y otra vez,
sobretodo en las mañanas de Abril,
sobretodo en el rocío de la venida de Mayo.
Y cualquier otoño de éstos,
bajo tu propia sombra,
adornarás mi tierra con una alfombra, interminable, de tus hojas marchitas,
que poco a poco se desvanecerán
entre crujidos y conjeturas,
entre suspiros y Nomeolvides.
Otra vez.
Te cambiaré el nombre,
te mentaré Olvido...
Y bajo tu alfombra triste y desteñida,
alguna noche de Septiembre
urgaré desesperado
como esperando encontrar retoños
de vida,
de ti,
de todas éstas noches que han pasado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario