domingo, 17 de mayo de 2015

Dolere (sin acento)

"Soy mi dolor,
soy mi condena...
Soy el veneno de mis venas"
Gustavo Cordera
En esta vida,
no sé en la otra,
nos edifica el dolor.
Es que la felicidad nos adormece,
nos hace soñar,
el dolor nos despierta,
nos cachetea, nos escupe la cara.

Esa es mi herida,
por ahí sangro.
Desde ahí me miran mis demonios y me hablan,
me pesan,
me existen,
de vez en cuando salen
y no me dejan ni vivir ni respirar en paz, 
me duermen.

Pero mirá,
despierto,
en medio de una cama incendiada,
con rastros de piel en mis uñas,
en medio de un bosque oscuro
y a veces en el borde de un precipicio.

Pero despierto.

Con dolor.
Con furia.

Con el miedo necesario para levantarme.
Con la rabia suficiente para poder amar,
para convertirme en un ser inolvidable.
Es que mi amor ya no tiene ni estrellitas ni flores,
mi amor tiene una cicatriz en el pecho,
tiene cayos y marcas en las manos,
acaricia pero hace daño con sus texturas,
tiene huracanes y tormentas que devastan las ciudades,
respira como revancha, como en guardia.

Mi amor es venganza.

Mi amor sangra infinitamente
y toda esa sangre que derrama
es el rastro que siempre me ayuda a volver.
Volver de los campos incendiados,
de los desastres que me acompañan,
de las lluvias interminables
y de las tardes anaranjadas
o amarillas
o azules,
cuando te vas.

Soy tan puro como el dolor que me circunda,
soy rabia,
soy ira,
soy y solo soy todo lo que me duele.

Todo lo que me duele 
y que me mantiene vivo,
vivo y que cada vez me hace mas fuerte,
fuerte.
Para amarte y dolerte como jamás nadie lo va a hacer.


No hay comentarios: