martes, 21 de abril de 2015

Dejavú

A Isabel,
por las madrugadas.

Para mi,
esto,
es algo que esta sucediendo
casi intermitente
y que definitivamente
y sin intermitencia
lo estoy disfrutando.

No se exactamente cómo pasó
ni cuándo comenzó.
Aun no se si la conozco en realidad,
nisiquiera sé como se escribe su nombre,
mucho menos me gastaré el tiempo, que es corto y que se nos va, pensando si va a pasar
o cómo va a terminar.
He pensado tanto para escribirle esto
y ni siquiera sé si lo leerá.

Tan sólo puedo decir
que justo ahora se me antoja como si Ud. ya me hubiese sucedido,
como si adentro,
en el pecho,
en el sitio del corazón,
en forma de sueño
o como premonición
o como epifanía
desde hace rato ya la hubiese sentido,
al menos ya creo que le debo un recuerdo,
a Ud.

Para mi

No se si va o si viene,
si va a quedarse o tal vez se le hace tarde.
No se cuando la volveré a ver,
tal vez me den las 8 y no llegue,
tal vez.
O tal vez aparezca de repente y se me agite el corazón
y haga que se detenga el tiempo y se silencien todas las voces a mi alrededor tan solo para escuchar la suya.
Pronunciando mi nombre,
el nombre mas hermoso del mundo porque lo dice Ud,
letra por letra
como en un suspiro.

No lo sé.

Solo puedo pedirle que al estar me ponga contento,
que al irse me haya sonreído tanto que le pida que se vaya,
que me deje establecer el roce con sus nalgas como una declaración de amor.
Que sus labios no paren de hablarme y contarme cosas aunque la este besando,
que la hora en que esté, Ud, sea.

Sea mía,
eterna,
infinita
y probablemente única en ese momento justo y preciso de mi vida.

No quiero pedirle de más,
pero cuando se vaya
quisiera que me haya existido tanto que me haya sucedido,
yo quiero sucederle, ¿sabe?,
tanto como suceden las desgracias mas inolvidables.
Quisiera que cuando se largue por fin
me haya dejado el corazón como si nada hubiese pasado,
pasado de pasado no de pasar,
de ese pasado que ya ni sé como llamarle.
Que me planche la piel y todas esas ilusiones que tengo arrugadas y distendidas, como yo.
Que me regale 5 minutos mas siempre,
que se demore nuestro final rutinario.

Quiero que cuando se despida con un beso
en vez de prometerme otro encuentro
me deje el corazón bien arreglado.
Porque hasta que la vuelva a ver,
que no sé ni me interesa saber cuándo será,
me va a hacer tantita falta.

Pero eso,
no más quiero pedirle,
no mucho más.

1 comentario:

Roimar Maita dijo...

Se me escapan suspiros jajaja!