Adicora

Quiero vivir en la playa,
Negra.
Quiero amanecer con la boca salada
y los pies llenos de arena.
O al menos correr de vez en cuando por la orilla,
apurados y tomados de la mano,
con el susto de que nos deja la buseta.

Quiero ver como amanecen tus hombros en el reventón.
Quiero besarte
a eso de las 6:23 de la mañana
y que tengas aun la boca hedionda a cocuy.
O por lo menos pasarle muy cerca a la Vela
con la cabeza asomada en la ventana
gritando "Mira, ahí está el mar!"
mientras le echo un traguito al vaso, escondido.

Quiero abrazarte, Negra,
morderte una oreja
y tener que escupir tus escamas que se me quedan en los labios,
tus escamas de sirena.
Que me preguntes si hoy llegaré temprano,
solo para saber, para salir a nadar.

Quiero tejer un chinchorro,
hacerte un palangre, Negra.
Y salir a altamar
a atrapar nuestros sueños,
a ponerle nombre a nuestras esperanzas: pargo, carite, robálo, mero, estrella de mar.
Quiero que me esperes en la orilla,
con tu cava llena de empanadas y la piel tostadita, como yo.
Levantar con mis manos rotas un carite de 10.000 kilos
mientras la lancha se acerca a la orilla,
gritarte orgulloso "Hoy comemos, Negra!"
que me beses, Sirena.
Que te sientas la reina de Playa Sur
de tanto jurarte el mar.
O al menos ir al mercado nuevo a comprar pescado
y comer arepas tempranito a que Asdrubal,
Tu, yo y mi cuartico de cocuy
y unas sardinas fritas.
Piénsalo.

Quiero llevarte al muelle, Negra,
donde llevé a todas hace tantos años
y prometerte que ya no serás la última sino la primera.
Darte los besos mientras los coñitos se tiran al agua y nos salpican y nos hacen reír,
pero no por contentos,
mas bien por el cocuy que navega nuestras venas.

Quiero comer pescado,
todos los días.
Frito,
asado,
en crema,
en sopa,
picado,
al revés,
de lado,
en el piso,
en la cama.
Pero que me lo sirvas tú, Belleza.
Que nuestros pies se tropiecen para siempre debajo de tu mesa.

Quiero mis tres platos al día, Negra.
También desayuno, almuerzo y cena.
Que salgamos al Boulevard
en la tarde,
en la noche.
Que me agarres la mano cuando pasen las gochas y me les quede viendo.
Que me la sueltes cuando pase el caraqueñito aquel.

Quiero vivir en la playa, Negra.
Pero no puedo.
Solo las puedo visitar.
Quisiera quedarme
pero ya nos conocemos:
el mar y yo no somos buena junta.
Siempre tendré que volver
y pometerte regresar.
Siempre habrán besos de despedida.
Siempre me tendrás que esperar.

En el muelle,
en la casa,
en la bodega
O en el mar.